miércoles, 14 de marzo de 2012

La Señora Abril



La Señora Abril, con su vestido de campana, ha dejado su abrigo cerca en la entrada.
Coge polvo y telarañas, pues la lluvia solo cae tenue y el paraguas la acompaña.
Ya ha cambiado botas y calcetines de doble tejido, por finas medias y sandalias de tacón.
Camina por las calles, sin prisa ninguna por llegar, pues el sol calienta su andar.

La Señora abril con su tostado color, ha barrido de las calles las hojas otoñales.
Ha plantado sendas flores aromáticas y ha cambiado los cafés por refrescos de menta.
Coqueta se pasea mostrando mucha más piel, un pañuelo o una chaquetilla son su único acompañante.
Camina airosa, pues es consciente de que aquellos caballeros la esperan llegar.

La Señora Abril, ya no necesita dormir tan temprano, el atardecer no remite tan rápido.
Quiere ser como mayo, más cálida, más templada y apetecible.
Por ello la dieta le tiñe el ánimo y la convierte en lluvia.
Pero Abril no desespera, recobra fuerzas y vuelve a la carga.

Mira a la Señora Abril, cuando esta tranquila y relajada.
¡Ay si todos fueran Abril! No habría tiritares, ni llantos matinales.
La calidez, pero no sofocante, sería la brisa fresca que acompaña esta mañana.
La Señora Abril ya se prepara, mírala desesperada alterna entre las sombras.

Abril. ¡Qué ya llega! y junto a la Señora su ansiada primavera.


By Hada.

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