Lejos donde el silencio rompe a llorar,
la llanura de la soledad cabalga sin cesar.
Creo haber visto el fantasma de tu risa,
creo haber oído el eco de tu vida.
Manchas de sangre brotan de la tierra.
Llamas entre sueños y nadie contesta.
Golpea la palabra perdón por salir de tu boca,
no hay eco ni cabida en esta derrota.
Levantas una mano para ceder en la palabra,
no hablamos ya nunca el mismo idioma.
Parafrasea el verbo constancia sin ponerlo en marcha,
adelanta en la curva sin ver quien dejas a la espalda.
Puede ser tal vez que hayas inventado el sueño eterno.
Usurpas la ya gasta moneda de la felicidad.
No hay cambio de rumbo no veo hueco.
Ya no siento lo que digo o quiero.
Marchito ha quedado el veintitrés de marzo.
Absurdo veo ya otro aniversario.
Miro, busco y persigo la verdad,
pues vacía me ha quedado la libertad.
A Dios pongo por testigo de que te quiero, te quise y te querré.
Pero no por ende volveré, sucumbiré o cambiaré.
Bastante ya nos hemos dicho.
Punto y final hoy te digo.
AINS QUE PRECIOSO!
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