miércoles, 21 de noviembre de 2012

Nunca más, bye bye

La hiel inyectada, proyectil de hastío en sangre dulce.
¿Puede tentar la suerte a morir en el lecho de hielo?
Quimera de un destino anunciado y destinado.
Ahogado susurro efímero que perdí.

Vago ondea al viento nuestro primer recuerdo,
de lazos apretados entre dudas y cuentos.
Rozar apenas la perfeción pútrida e infecta,
y creer que el cielo esta al alcance de los dedos.

No es razón decirme que ya no me amas.
No es razón coincidir en que nada quedaba.
Hasta la saciedad repetimos que ya no importa.
Así que cierra el cristal de nuestra historia.

Corretea libre el ala que bajo el manto de estrellas conseguí,
brillando entre transparencias de nueva ilusión.
Hoy tengo escasas ganas de rememorar lo que tuvimos.
No me llames para copas vacías.

Besos y abrazos, no vuelvas, no retornes.
Quiero oler el aire fresco del helado invierno,
sin tu hartante dulzura fermentada y estancada.
Basta, y adiós. Lo nuestro fue, y es todo lo que es.

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