domingo, 19 de febrero de 2012

Soledad...




Quizás una estrella pueda ser testigo de nuestros anhelos.
El universo sería capaz de conspirar contra nosotros.
Busca un rincón mitológico, aquél que no este escrito.
Aquél del cuál no se hable en historias, en el que tú y yo,
seamos los protagonistas y poetas de las risas y llantos de los niños.



Quizás podamos ser como el canto del cisne.
Tan maravilloso y único como la muerte misma.
Encontremos el páramo más fértil, aquél oasis que nos unió.
No dejemos que esta flor naciente marchite o perezca,
fría, helada y sin latir, en el lazo de la obviedad.



Quizás el mundo sea tan pequeño que nunca nos separe.
Las brisas se convertirían en tempestad, apartándonos un poco.
Aquí lo tienes, el rincón donde yace todo eso que soñamos.
Amor, amistad, una vida juntos resplandece sin más.
¿Y dónde me pregunto sin cesar? ¿dónde si no es aquí te tengo cada día a mi pesar?
En mi corazón, en mi mente.


Quizás la vida se empeñó en dejarte marchar.
Las olas fueron gigantes, titánicas, e hirientes.
No pude aferrarme a ti, era demasiado injusto verte sufrir.
Flor de loto, entrañable susurro en recuerdo.
Tu vives en mis sueños, esos sueños que son testigos de mi amor.
Al fin y al cabo, ¿es eso el amor?



Quizás, quizás, quizás.... ¡No! Ya nunca más.
Las golondrinas anunciaron tu partida.
Mi corazón se congeló, no tuvo tiempo ni de respirar.
Perdimos el enclave de nuestro encuentro en el más allá.
Perdoname mi niño, esperame que juntos hemos de estar.


Quizás me queden años, días o minutos.
Intentaré hacerme a la idea de que tu cuerpo en mi cama no está.
Miraré atónita la televisión, y reiré las gracias.
De todas maneras las lágrimas no salen más.
Se que quieres que sea fuerte, y eso lo voy a lograr.
Al final lo único que queda del amor, es la pura soledad.

domingo, 12 de febrero de 2012



¿Quién soy yo, en luna cambiante?,
Soy yo, bajo el frio prado de tus brazos.
Soy el fantasma que añoras, vacilante espera,
y recuerdo de este invierno que azota.
Gélido es tu aliento que susurra en mi oído,
mas tu alma me baña de esperanza.
Ven, ¡oh!, mi hulmide siervo,
sea yo, tu llama en la penumbra, la palabra que buscas.
Di que si, no me engañes, di que piensas en mi.
No seas cruel, ¡oh!, mi dueño eterno,
caza en mi, las alas de un sueño,
sea pues nuestro anhelo, eso sea el sueño...
sueño de los Dioses, cabalgante refugio.
Guarida son tus labios, mi dulce desenfreno.
Tú,y solo tú, ocaso, mar en celo,
Tú y solo tú,  eres el amor de mis sueños.


Hada

sábado, 4 de febrero de 2012

Apología del Agua


Agua de Mayo, lágrimas de Ángel,
esparcidas en la castigada hierba amarilla.
Tintes otoñales en las raíces.
Sequía de fábrica y deterioro plastificado.


Milagro de meses de escasez.
Tormenta sin cese que destruye.
Inundación para sonreir.
Inundación para llorar las pérdidas.


Sed de continente, embarrado en arena.
Esperanza ácida para los hijos de mis hijos.
Búsqueda espacial del líquido esencial,
hasta que el diamante diluido decida bajar.


Ayer desparramó en el cuenco litros de vida;
que personas sin cerebro vaciaron por placer.
Hoy es el placer de los tontos del ayer,
que no veían oro, tiempo y vida.


Hoy, tampoco llovió en mi casa.
Secó mis campos, mató mis plantas.
Mañana, deseosa la lluvia caerá en los esqueletos,
y su tumba será una laguna putrefacta.

Putrefacto es mi mundo, castigado por la inteligencia.
La tecnología ha matado mis neuronas matemáticas,
ha matado mis sentimientos y tradición,
ha disparado la aceleración del armageddon.

Pero amargeddon no para mi tierra.
Apocalipsis para mi estirpe,
por no saber convivir sin sentirse superior.

El Hombre es parásito del núcleo de la vida.
El Hombre ha provocado la sequía.
El Hombre no solo extingue el tiempo,
el Hombre se suicida.

Esperanza será verde cuando el Hombre no exista.

By Hada

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